ESPECIAL OPINIÓN | Reforma y crecimiento
Erik Haindl Rondanelli Decano Facultad de Negocios, Ingeniería, y Artes Digitales, Universidad Gabriela Mistral
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Erik Haindl
Los impuestos a la renta de las empresas gravan básicamente el ahorro y la inversión, y por ende influyen en forma relevante sobre el crecimiento de los países. De los veintiséis estudios internacionales que se han efectuado a partir de 1983 sobre este tema, veintitrés encuentran un impacto significativo y negativo de los impuestos sobre el crecimiento (1). Para Estados Unidos, David y Christina Romer estiman que por cada incremento de impuestos de 1% del PIB, el PIB real cae en 3% en los dos años siguientes (2). El Fondo Monetario Internacional concluye que en 170 casos de consolidación fiscal, en 15 países durante un período de 30 años, un aumento de impuestos del 1% del PIB genera una caída de 1,3% después de dos años (3).
A nivel teórico, si bien el modelo de crecimiento de Solow no muestra en forma directa un efecto negativo de los impuestos sobre el crecimiento, a menos que se afecte la tasa de inversión, otros modelos de crecimiento más modernos, como el Ramsey-Cass-Koopmans, muestran claramente un impacto negativo sobre el crecimiento de un alza tasa de impuesto a las empresas (4). En el caso de Chile, la última reforma no sólo subió el impuesto a las utilidades de las empresas, sino que hizo al sistema tributario innecesariamente complejo y poco equitativo. Se rompió la equidad horizontal y vertical del impuesto. Además, introdujo incertidumbre tributaria. El resultado fue un derrumbe de la inversión, que cayó durante cuatro años consecutivos. Esto indujo un ajuste cíclico negativo de la economía ante el negativo shock de inversión y, además, redujo el ritmo de crecimiento del PIB de tendencia.
Antes de la reforma, el PIB de tendencia venía creciendo a un ritmo de 4,2% anual. Con la reforma, el crecimiento efectivo cayó a 1,7%. Esto significó 2,5 puntos porcentuales menos durante cuatro años, con un efecto acumulado de 10% a 2017. Gracias a la reforma tributaria, el PIB chileno fue en 2017 un 10% menor que lo que habría sido sin reforma. En otras palabras, debido a la reforma, los chilenos perdimos más de 27 mil millones de dólares de ingreso. A cada chileno, eso nos costó más de 1.500 dólares al año. Además, se dejaron de generar alrededor de 400 mil puestos de trabajo que habrían permitido mantener el pleno empleo.
Si no hubiese habido reforma tributaria, la recaudación tributaria total sería hoy mayor que la actual, ya que si bien se subieron las tasas, estas se aplican sobre un PIB más bajo.
Respecto de la magnitud del freno inducido sobre el PIB, a 2017 la reforma ha recaudado solo 1,3 puntos porcentuales del PIB (en lugar de los tres puntos anunciados). Para esto se tuvo un sacrificio de 10 puntos porcentuales del PIB en cuatro años. El ratio de sacrificio fue que se perdió un 7,7% del PIB por cada 1% de incremento en la recaudación tributaria.
(1. William McBride: “What is the evidence on Taxes and Growth”, Tax foundation N° 207, December 2012; 2. Christina y David Romer: “The Macroeconmic effects of Tax changes”, American Economic Review, 2010; 3. International Monetary Fund:”Macroeconomic effects of Fiscal Consolidation”, World Economic Oulook 2010/02; 4. Robert Barro y Xavier Sala-i-Martin “Economic Growth”, Mc Graw Hill,1995)